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1 / 4 – El verdadero problema de aceptar la marca de la bestia
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2 / 4 – DIOS permite que decidas, la bestia obligará por la fuerza
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3 / 4 – Al rechazar la marca de la bestia, logras vida eterna
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4 / 4 – Lo mejor es entregarse a JESÚS hoy, la última oportunidad es no aceptar la marca de la bestia
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Mientras que rehusar la marca de la bestia presentará
grandes dificultades, la adoración de la bestia y aceptar su marca traerá juicio divino.
Muchos no se dan cuenta que Dios tiene una marca y que hay un paralelismo entre Su marca y la de la bestia. Mientras la marca de Dios identifica gente que Le obedece, la marca de la bestia identifica aquellos que hacen lo contrario y obedecen al diablo.
Conocer la voluntad de DIOS en nuestra mente y ponerla en nuestra vida, es lo que nos diferenciad del mundo… la bestia buscará que las personas le adoren y se rindan al Satanás.
Satanás ha engañado a la mayoría de las gentes haciéndoles creer que los Diez Mandamientos se han eliminado
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
Deuteronomio 6:6-8
Hay cinco versículos en la biblia que se refieren a un «sello de Dios», o a un objeto o persona sellada por Dios (Juan 6:27; 2 Timoteo 2:19; Apocalipsis 6:9; 7:2; 9:4).
- La palabra sellado en el nuevo testamento, proviene de una palabra griega que significa «estampar con una marca privada«, con el fin de mantener algo en secreto, proteger o preservar el objeto sellado.
- Los sellos se usaron para negocios oficiales: por ejemplo, un centurión romano podría haber sellado un documento que estaba destinado sólo para que su superior lo viera.
- Si el sello estaba roto, aquel que recibía el documento, sabría que la carta había sido manipulada o leída por alguien distinto del que la había sellado.
Apocalipsis 7:3-4 y 9:4 se refieren a un grupo de personas que tienen el sello de Dios, y por tanto Su protección durante la tribulación.
Durante el juicio de la quinta trompeta, las langostas del abismo atacan a las personas con el «poder igual al de los escorpiones» (Apocalipsis 9:3). Sin embargo, estas langostas demoníacas están limitadas en lo que pueden dañar: «Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes» (Apocalipsis 9:4). Los individuos que están marcados por Dios, son preservados.
El sello de Dios durante la tribulación es totalmente diferente a la marca de la bestia, la cual identifica a las personas como seguidores de Satanás (Apocalipsis 13:16-18).
- Pablo habla del sello de Dios en el contexto de la verdad fundamental.
- Le dice a Timoteo que falsas doctrinas están circulando y algunas personas están tratando de destruir la fe de los creyentes.
- Luego, le da esta exhortación: «Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo» (2 Timoteo 2:19).
- La imagen es la de la base de un edificio que ha sido inscrito con dos declaraciones con el propósito de la construcción.
- El fundamento de la iglesia se ha puesto (Efesios 2:20), y el «sello» eterno o la inscripción, resume los dos aspectos de la fe: la confianza en Dios y apartarse del pecado (ver Marcos 1:15).
- El pasaje continúa describiendo el contenido de la gran casa de con esta inscripción: vasos para uso honroso y otros para uso deshonroso.
- «Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra» (2 Timoteo 2:21).
Jesucristo llevaba el sello de Dios: «Sobre este ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación» (Juan 6:27 NVI). Aquellos que confían en Jesús también poseen el sello de Dios, que es el Espíritu Santo: «En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria» (Efesios 1:13-14).
Es bueno saber que los hijos de Dios son sellados, están seguros y son sostenidos en medio de la maldad de este mundo transitorio.