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1 / 7 – Lo que viene de DIOS siempre es de gracia para todos… hay misericordia común y envía bendiciones para el que le respeta…
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2 / 7 – Disfrutar la creación del SEÑOR, pero en CRISTO… haciendo las cosas correctamente….
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3 / 7 – Un significado de… «Si mi pueblo se humillare…»
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4 / 7 – Un significado de… «…, y oraren…»?
https://www.facebook.com/reel/825954086388922
5 / 7 – Un significado de… «…, y buscaren mi rostro…?
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6 / 7 – Un significado de… «…, y se convirtieren de sus malos caminos;…?
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7 / 7 – ¿A quienes oye el SEÑOR?: 2 Crónicas 7:14 y Juan 9:31
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Todo intento de encontrar vida en alguien o en algo que no sea Dios es vano. El materialismo es un callejón sin salida. No sólo está mal, sino que es completamente autodestructivo.
Las iglesias necesitan miembross comprometidos con el servicio y sacrificio. Que piensen más en otros y menos en ellos mismos.
Si te estás acomodando, relajándote en tu mullido sofá y descansando en tu fe en Juan 3:16 y en el hecho de que has puesto tu confianza en Jesucristo, mejor será que te mires a ti mismo. Cuídate, no sea que también tú seas hallado falto. Vigila tu propio corazón, no sea que, cuando llegue el último momento, el mundo te haya encadenado
Texto base: 2 Crónicas 7:14
«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.»
Introducción
- Contexto histórico: El pueblo de Israel recibe esta promesa de Dios en medio de la dedicación del templo por parte de Salomón. El Señor les asegura que siempre habrá una vía de restauración si ellos se vuelven a Él.
- Aplicación contemporánea: Así como Israel tenía una relación especial con Dios, las iglesias y familias cristianas también están llamadas a volver a Él cuando se han desviado.
1. Humillación ante Dios: Reconocer nuestra condición
“Si se humillare mi pueblo…”
- Reconocer el pecado: La humillación comienza con la conciencia de nuestra necesidad de Dios. Tanto la iglesia como las familias deben admitir sus errores.
- La soberbia como obstáculo: Muchas veces nos cuesta reconocer dónde hemos fallado, y la soberbia impide el verdadero arrepentimiento.
- Ejemplo bíblico: David en el Salmo 51, un corazón contrito y humillado.
2. Oración: Buscar la presencia de Dios
“Y oraren…”
- La oración como comunicación con Dios: El arrepentimiento no es solo emocional, sino que requiere acción. La oración es el medio principal para acercarse a Dios.
- La importancia de una vida de oración: La oración no solo es para pedir, sino para buscar Su guía y perdón.
- Ejemplo bíblico: El profeta Daniel, quien oraba constantemente a pesar de las circunstancias adversas.
3. Buscar el rostro de Dios: Un cambio de dirección
“Y buscaren mi rostro…”
- Volver a Dios con sinceridad: No basta con orar, hay que tener una búsqueda activa de Su presencia.
- Restaurar la relación: Esto implica una búsqueda personal y comunitaria de lo que es agradable a Dios.
- Ejemplo bíblico: Josías, quien llevó a toda la nación de Israel a buscar a Dios y limpiar el templo de ídolos.
4. Apartarse del mal: Un verdadero cambio de vida
“Y se convirtieren de sus malos caminos…”
- El arrepentimiento auténtico implica transformación: No es suficiente con confesar, sino que debe haber un cambio tangible en la conducta.
- Identificar lo que hay que dejar: Cada persona, familia, o iglesia debe evaluar cuáles son esos «malos caminos» que deben ser corregidos.
- Ejemplo bíblico: El arrepentimiento de Nínive ante la predicación de Jonás, donde hubo un cambio verdadero.
5. La Promesa de Dios: Perdón y Restauración
“Entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
- La promesa de restauración: Dios promete que, si el pueblo se arrepiente genuinamente, Él escuchará, perdonará y sanará.
- Aplicación familiar y congregacional: Si las familias y la iglesia se arrepienten, Dios traerá sanidad y restauración en cada área.
- Ejemplo bíblico: La restauración de Israel después del exilio, cuando volvieron a Dios bajo el liderazgo de Esdras y Nehemías.
Conclusión
- Un llamado a la acción: No basta con reconocer el pecado, debemos humillarnos, orar, buscar el rostro de Dios y cambiar nuestras conductas.
- La restauración está al alcance: Dios está siempre dispuesto a perdonar y restaurar a aquellos que se vuelven a Él con sinceridad.
- Desafío para la iglesia y la familia: Volvamos a Dios con un corazón arrepentido para ver Su sanidad en nuestras vidas, hogares, y comunidad.