En los versículos de Génesis 15:1-8 Abram trae su mayor ansiedad a Dios y sale con una fe que le es contada por justicia.La jornada de Abram en estos ocho versículos es nuestra propia jornada.
Empezamos con nuestros miedos y ansiedades, a menudo en silencio. Dios nos invita a una conversación honesta. Nos presenta una promesa que desafía toda lógica: la promesa de vida nueva en Cristo. Y nos pide que, como Abram, simplemente le creamos.
Que, a pesar de todo lo que vemos, le sigamos creyendo a DIOS. Y cuando lo hacemos, Él nos declara justos y, en su gracia, nos da las señales (su Espíritu, su Iglesia, su Palabra) que anclan nuestra fe para el camino que sigue.

Génesis 15:1-8
Título: Del Miedo a la Fe: La Conversación que lo Cambió Todo
Idea Central: La verdadera fe no es la ausencia de preguntas o miedos, sino el coraje de llevarlos honestamente ante Dios. En este diálogo íntimo, Abram trae su mayor ansiedad a Dios y sale con una fe que le es contada por justicia.
Introducción: El Silencio después de la Victoria (v. 1a)
El pasaje comienza con «Después de estas cosas…». ¿Qué cosas? La heroica victoria militar sobre cuatro reyes y el noble rechazo de las riquezas de Sodoma. Externamente, Abram está en la cima. Pero internamente, lo carcome un silencio, una pregunta que quema. Imagina las conversaciones con Sara: «Abram, arriesgaste tu vida, ganaste una guerra, rechazaste una fortuna… ¿y para qué? ¿Para que todo esto lo herede un siervo cuando muramos?». La victoria externa solo había hecho más profunda la crisis interna.
I. La Angustia que se Atreve a Hablar (vv. 1-3)
- La Reafirmación Divina (v. 1): Dios inicia la conversación. Ve el corazón de Abram y le ofrece exactamente lo que necesita oír: «No temas» (aborda su miedo), «Yo soy tu escudo» (tu protección, como en la batalla), «y tu galardón será sobremanera grande» (tu recompensa futura).
- La Duda Sincera (vv. 2-3): Abram no responde con un «Amén» piadoso. Responde con la honestidad brutal de un corazón herido. Su respuesta se puede parafrasear así: «Señor, ¿de qué me sirve un ‘galardón’ si la razón misma de mi vida está vacía? Ando sin hijos. Mi futuro se llama Eliezer de Damasco, un extranjero. Tu promesa se siente hueca.»
- El Principio: Abram nos enseña que la fe no requiere que ocultemos nuestras dudas a Dios. Dios prefiere una queja honesta a un silencio hipócrita. Él invita a la conversación real. ¿Te atreves a decirle a Dios lo que realmente piensas y sientes?
II. La Promesa que Levanta la Mirada (vv. 4-6)
- Una Promesa Específica (v. 4): Dios no regaña a Abram. Lo corrige con gracia y especificidad. Le da una respuesta directa a su mayor temor: «No te heredará éste, sino un hijo que saldrá de tus propias entrañas«. La promesa se vuelve biológica, personal e innegable.
- Una Promesa Expansiva (v. 5): Dios hace algo extraordinario. Saca a Abram de su tienda (el espacio cerrado de su duda y su perspectiva limitada) y lo pone bajo el cielo abierto. «Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas…». Lo obliga a cambiar su enfoque de su problema terrenal a la capacidad infinita de Dios.
- La Respuesta que Justifica (v. 6): Este es el corazón del evangelio en el Antiguo Testamento. Ante la promesa imposible de Dios, Abram toma una decisión. Y aquí es donde tu frase encaja a la perfección: …y Abram le siguió creyendo a DIOS… A pesar de su cuerpo viejo, de la esterilidad de Sara, de años de espera, él eligió confiar en el carácter de Dios más que en sus circunstancias. Y Dios, al ver esa fe, lo declaró «justo». No por sus obras, sino por su confianza en la promesa.
III. La Fe que Busca una Señal (vv. 7-8)
- La Base de la Promesa (v. 7): Dios cambia de marcha. Ahora habla de la tierra, recordándole a Abram su fidelidad pasada: «Yo soy Jehová, que te saqué de Ur…». Es como decir: «Si fui fiel para sacarte, seré fiel para darte lo que te prometí».
- La Pregunta de Confirmación (v. 8): Abram vuelve a preguntar: «Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?». ¡Cuidado! Esta no es la misma pregunta que la del versículo 2. Aquella era una pregunta de duda sobre el qué (el heredero). Esta es una pregunta de fe que busca seguridad sobre el cómo (la tierra). No es «¿Lo harás?», sino «¿Cómo puedo estar seguro?». Es el anhelo de un creyente por una garantía, una señal, un ancla para su fe.
- El Principio: La fe que ha sido justificada (v. 6) no se vuelve estática. Anhela crecer, profundizar y encontrar seguridad. Es válido pedirle a Dios que nos dé señales y confirmaciones que fortalezcan la fe que ya hemos depositado en Él.
Conclusión:
La jornada de Abram en estos ocho versículos es nuestra propia jornada. Empezamos con nuestros miedos y ansiedades, a menudo en silencio. Dios nos invita a una conversación honesta. Nos presenta una promesa que desafía toda lógica: la promesa de vida nueva en Cristo. Y nos pide que, como Abram, simplemente le creamos. Que, a pesar de todo lo que vemos, le sigamos creyendo a DIOS. Y cuando lo hacemos, Él nos declara justos y, en su gracia, nos da las señales (su Espíritu, su Iglesia, su Palabra) que anclan nuestra fe para el camino que sigue.
1. De la salida de Ur a la salida de Harán
El tiempo exacto no se especifica, pero podemos deducir que fue un período significativo, probablemente de varios años o incluso décadas.
- Salida de Ur: La familia (dirigida por el padre de Abram, Taré) sale de Ur de los Caldeos para ir a Canaán, pero se detienen y se asientan en Harán (Génesis 11:31).
- Estancia en Harán: No sabemos cuánto tiempo vivieron allí. Lo que sí sabemos es que Taré murió en Harán a los 205 años (Génesis 11:32).
- Salida de Harán: Dios llama a Abram para que salga de Harán después de la muerte de su padre (Hechos 7:4). Génesis 12:4 nos da el dato clave: «Era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán».
Conclusión: El tiempo entre la salida de Ur y la salida de Harán es desconocido, pero fue el tiempo suficiente para que se establecieran y para que el padre de Abram envejeciera y muriera allí.
2. De la salida de Harán al viaje a Egipto
Este período fue muy corto, probablemente menos de un año.
- Abram sale de Harán a los 75 años y llega a la tierra de Canaán (Génesis 12:4-5).
- Casi inmediatamente, el texto dice: «Y hubo hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá» (Génesis 12:10).
- El viaje a Egipto es presentado como una reacción directa a la hambruna que encontró al llegar. La duración de su estancia en Egipto tampoco se especifica, pero se narra como un único episodio antes de su regreso a Canaán en Génesis 13.
Conclusión: El viaje a Egipto ocurrió muy poco tiempo después de que Abram llegara por primera vez a Canaán.
3. De la salida de Harán a la liberación de Lot (Génesis 14)
Este período es un poco más largo, pero aún dentro de la primera década en Canaán.
- Año 0 (Edad de Abram: 75): Salida de Harán y llegada a Canaán.
- Poco después: Viaje a Egipto y regreso (Génesis 12-13).
- Un tiempo después: Abram y Lot se separan porque sus rebaños han crecido mucho (Génesis 13). Esto indica que ya han pasado algunos años en la tierra.
- El rescate de Lot (Génesis 14): Ocurre después de la separación. No se nos da un año exacto, pero tenemos un punto de referencia posterior: el nacimiento de Ismael.
- Nacimiento de Ismael: Ocurre cuando Abram tiene 86 años (Génesis 16:16).
El rescate de Lot y el pacto de Génesis 15 («Después de estas cosas…») ocurren antes del nacimiento de Ismael.
Conclusión: La liberación de Lot ocurrió en algún momento entre los 75 y los 86 años de Abram. Es decir, dentro de los primeros 10 años de su llegada a la tierra de Canaán.
Resumen Cronológico de los Eventos:
Evento | Edad de Abram | Tiempo Transcurrido (aprox.) | Referencia |
Salida de Harán | 75 años | Punto de partida | Génesis 12:4 |
Viaje a Egipto | 75-76 años | Inmediatamente después de llegar a Canaán | Génesis 12:10 |
Separación de Lot | 76-85 años | Unos pocos años después de llegar | Génesis 13 |
Liberación de Lot | 76-85 años | Después de la separación, antes de Génesis 15 | Génesis 14 |
Pacto de Dios (Gen 15) | 76-85 años | Justo después de liberar a Lot | Génesis 15:1 |
Nacimiento de Ismael | 86 años | 11 años después de salir de Harán | Génesis 16:16 |
Nacimiento de Isaac | 100 años | 25 años después de salir de Harán | Génesis 21:5 |
1. El Primer Llamado (en Ur de los Caldeos)
Este es el llamado original, el que puso todo en marcha. Aunque Génesis 11 no lo detalla, el Nuevo Testamento lo aclara de forma explícita.
- La Evidencia Clave (Hechos 7:2-4): En su discurso antes de ser martirizado, Esteban revela este detalle crucial:»El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.»
- La Obediencia Parcial (Génesis 11:31): Con esta información de Hechos, leemos Génesis 11 de una nueva manera. Taré, el padre de Abram, toma la iniciativa y saca a su familia de Ur «para ir a la tierra de Canaán». ¡Ellos ya sabían el destino! El llamado de Dios a Abram fue la razón por la que toda la familia se movió. Sin embargo, no completaron el viaje. Se detuvieron y se establecieron en Harán.
En resumen: Dios llamó a Abram en Ur. En respuesta, su padre Taré lideró a la familia, pero se detuvieron a mitad de camino, mostrando una obediencia incompleta.
2. El Segundo Llamado (en Harán)
Este es el llamado que se detalla en Génesis 12. No es un llamado nuevo, sino la reactivación y confirmación del llamado original, ahora dirigido directamente a Abram como el nuevo jefe de familia.
- El Momento Clave (Génesis 12:1): Este llamado ocurre después de la muerte de Taré (Génesis 11:32). El obstáculo o la razón de la demora (la figura paterna que decidió asentarse en Harán) ya no estaba.
- El Envío Directo (Génesis 12:1-4): Ahora el mandato es personal e ineludible para Abram: «Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré». Dios le pide que deje atrás el último vestigio de su vida anterior (el asentamiento en Harán) y que confíe plenamente en Él.
- La Obediencia Completa: Esta vez, Abram obedece por completo. A los 75 años, toma a su esposa, a su sobrino y sus posesiones, y parte hacia la tierra que Dios le mostraría.
Tabla Comparativa
Característica | Primer Llamado (en Ur) | Segundo Llamado (en Harán) |
Ubicación | Ur de los Caldeos (Mesopotamia) | Harán |
Líder del Viaje | Taré (el padre) lidera la salida inicial. | Abram lidera la salida final. |
Obediencia | Parcial. La familia se detiene a mitad de camino. | Completa. Abram va hasta el final. |
Referencia Clave | Hechos 7:2-3 | Génesis 12:1-4 |
Propósito | Iniciar el plan de Dios y sacar a Abram de la idolatría de Ur. | Reafirmar el plan y transferir la responsabilidad total a Abram para cumplirlo. |
Conclusión:
Pensar en dos llamados es la manera correcta de entenderlo. El primero fue la visión inicial en Ur. El segundo fue la comisión para la acción en Harán. Dios, en su paciencia, esperó a que las circunstancias fueran las correctas y a que Abram estuviera listo para asumir el liderazgo total del viaje de fe al que había sido llamado años atrás.
1. ¿Iba Abram a ciegas o tenía señales?
No, Abram no iba completamente a ciegas. Su fe no era una creencia en la nada, sino una confianza creciente basada en experiencias directas con Dios. Para el momento de Génesis 15, Abram ya había acumulado un historial de «señales» y encuentros que sustentaban su confianza.
Veamos las evidencias que tenía hasta ese momento:
- El Llamado Directo (Génesis 12:1-3): La historia de Abram no comienza con él buscando a Dios, sino con Dios buscándolo a él. Recibió una orden directa y una promesa espectacular: «Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición… y serán benditas en ti todas las familias de la tierra». Esta fue la primera y más poderosa «señal»: una teofanía, una manifestación audible y personal de Dios.
- Protección Divina en Egipto (Génesis 12:10-20): A pesar de que Abram actuó con miedo y mintió sobre Sarai, Dios intervino directamente para protegerlo y sacarlo de Egipto con grandes riquezas. Esto le demostró que la promesa de Dios seguía vigente incluso cuando él fallaba.
- La Victoria Militar Sobrenatural (Génesis 14): Poco antes del pacto de Génesis 15, Abram, con solo 318 hombres, derrotó a una coalición de cuatro reyes poderosos que habían saqueado Sodoma y se habían llevado a su sobrino Lot. Esta victoria era militarmente imposible sin la ayuda divina. Fue una prueba tangible del poder de Dios a su favor.
- El Encuentro con Melquisedec (Génesis 14:18-20): Inmediatamente después de la batalla, es bendecido por Melquisedec, «sacerdote del Dios Altísimo». Este encuentro validó su fe y confirmó que el Dios que lo llamaba era el Creador soberano del cielo y la tierra.
Entonces, cuando llegamos a Génesis 15, la fe de Abram no es un salto al vacío. Es un paso lógico basado en la evidencia acumulada.
2. Un hijo… un sueño hecho realidad…
Aquí está la clave de Génesis 15. Tu apunte es casi correcto, pero con una diferencia crucial: el hijo todavía NO era una realidad, era solo una promesa.
Precisamente por eso este momento es tan dramático. A pesar de todas las señales anteriores, Abram se enfrenta a la contradicción más grande:
- La promesa: «Haré de ti una nación grande».
- La realidad: «Soy viejo, mi esposa es estéril y no tengo hijos. Mi heredero es un siervo de mi casa» (Génesis 15:2-3).
Su fe estaba siendo probada en su punto más vulnerable. Es en este momento de duda honesta que Dios le da una nueva y poderosa señal:
La Señal de las Estrellas: Dios lo saca de su tienda y le dice: «Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia» (Génesis 15:5).
Esta no fue solo una promesa verbal; fue una imagen visual inolvidable. Dios transformó su ansiedad en asombro. Es DESPUÉS de esta reafirmación específica y visual que viene el versículo clave:
«Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia» (Génesis 15:6).
Creer, en este contexto, significó aceptar la palabra de Dios por encima de la evidencia de sus circunstancias (su vejez y la esterilidad de Sarai). Su fe no era ciega, pero sí requería ver más allá de lo visible.
3. ¿Cuánto tiempo había transcurrido desde que salió de Ur hasta Génesis 15?
Para calcular esto, usamos las edades que la Biblia nos da:
- Salida de Harán: Génesis 12:4 dice que Abram tenía 75 años cuando salió de Harán (la segunda etapa de su viaje después de Ur).
- Nacimiento de Ismael: Génesis 16:16 dice que Abram tenía 86 años cuando nació Ismael. Los eventos de Génesis 15 ocurren justo antes de la concepción de Ismael.
Por lo tanto, el pacto de Génesis 15 ocurrió en algún momento entre los 75 y los 86 años de Abram.
Esto significa que había transcurrido aproximadamente una década (unos 10 años) desde que recibió la promesa inicial en Harán. Diez años esperando un hijo que no llegaba. Esto hace que su momento de duda y la posterior reafirmación de su fe sean aún más comprensibles y poderosos.
En resumen: La fe de Abram no fue un acto ciego, sino una confianza cultivada a través de encuentros y liberaciones divinas. Sin embargo, en Génesis 15, esa fe fue probada al máximo al confrontar la promesa de un heredero con la dura realidad de su vejez. Al elegir creer en la palabra de Dios (simbolizada por las estrellas) por encima de su realidad física, su fe fue reconocida como «justicia». Y todo esto ocurrió tras una larga década de espera paciente.
1. De la salida de Ur a la salida de Harán
El tiempo exacto no se especifica, pero podemos deducir que fue un período significativo, probablemente de varios años o incluso décadas.
- Salida de Ur: La familia (dirigida por el padre de Abram, Taré) sale de Ur de los Caldeos para ir a Canaán, pero se detienen y se asientan en Harán (Génesis 11:31).
- Estancia en Harán: No sabemos cuánto tiempo vivieron allí. Lo que sí sabemos es que Taré murió en Harán a los 205 años (Génesis 11:32).
- Salida de Harán: Dios llama a Abram para que salga de Harán después de la muerte de su padre (Hechos 7:4). Génesis 12:4 nos da el dato clave: «Era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán».
Conclusión: El tiempo entre la salida de Ur y la salida de Harán es desconocido, pero fue el tiempo suficiente para que se establecieran y para que el padre de Abram envejeciera y muriera allí.
2. De la salida de Harán al viaje a Egipto
Este período fue muy corto, probablemente menos de un año.
- Abram sale de Harán a los 75 años y llega a la tierra de Canaán (Génesis 12:4-5).
- Casi inmediatamente, el texto dice: «Y hubo hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá» (Génesis 12:10).
- El viaje a Egipto es presentado como una reacción directa a la hambruna que encontró al llegar. La duración de su estancia en Egipto tampoco se especifica, pero se narra como un único episodio antes de su regreso a Canaán en Génesis 13.
Conclusión: El viaje a Egipto ocurrió muy poco tiempo después de que Abram llegara por primera vez a Canaán.
3. De la salida de Harán a la liberación de Lot (Génesis 14)
Este período es un poco más largo, pero aún dentro de la primera década en Canaán.
- Año 0 (Edad de Abram: 75): Salida de Harán y llegada a Canaán.
- Poco después: Viaje a Egipto y regreso (Génesis 12-13).
- Un tiempo después: Abram y Lot se separan porque sus rebaños han crecido mucho (Génesis 13). Esto indica que ya han pasado algunos años en la tierra.
- El rescate de Lot (Génesis 14): Ocurre después de la separación. No se nos da un año exacto, pero tenemos un punto de referencia posterior: el nacimiento de Ismael.
- Nacimiento de Ismael: Ocurre cuando Abram tiene 86 años (Génesis 16:16).
El rescate de Lot y el pacto de Génesis 15 («Después de estas cosas…») ocurren antes del nacimiento de Ismael.
Conclusión: La liberación de Lot ocurrió en algún momento entre los 75 y los 86 años de Abram. Es decir, dentro de los primeros 10 años de su llegada a la tierra de Canaán.
Resumen Cronológico de los Eventos:
Evento | Edad de Abram | Tiempo Transcurrido (aprox.) | Referencia |
Salida de Harán | 75 años | Punto de partida | Génesis 12:4 |
Viaje a Egipto | 75-76 años | Inmediatamente después de llegar a Canaán | Génesis 12:10 |
Separación de Lot | 76-85 años | Unos pocos años después de llegar | Génesis 13 |
Liberación de Lot | 76-85 años | Después de la separación, antes de Génesis 15 | Génesis 14 |
Pacto de Dios (Gen 15) | 76-85 años | Justo después de liberar a Lot | Génesis 15:1 |
Nacimiento de Ismael | 86 años | 11 años después de salir de Harán | Génesis 16:16 |
Nacimiento de Isaac | 100 años | 25 años después de salir de Harán | Génesis 21:5 |
Bosquejo 1: La Fe que Justifica: El Corazón del Evangelio en Génesis
Tema Principal: La justificación por la fe (v.6).
Objetivo: Demostrar que la salvación siempre ha sido por fe en la promesa de Dios, un principio establecido con Abram y cumplido en Cristo.
Título: «Y le fue contado por justicia»
Introducción (vv. 1-3): La Duda que busca una Respuesta
Abram, a pesar de su victoria en el capítulo 14, vive con una ansiedad profunda: no tiene heredero. Su éxito externo no puede llenar su vacío interno. Se acerca a Dios no con una fe perfecta, sino con una duda honesta: «Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo?». La fe verdadera no es la ausencia de preguntas, sino llevar nuestras preguntas al único que tiene las respuestas.
I. La Promesa que Desafía la Razón (vv. 4-5)
A la duda de Abram, Dios no le da una reprimenda, sino una promesa más grande y específica.
- Una promesa personal: «Uno que saldrá de tus propias entrañas» (v.4). No será un siervo, sino un hijo biológico.
- Una promesa innumerable: «Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar… Así será tu descendencia» (v.5). Dios lleva a Abram de su tienda de limitación a la inmensidad del cielo. Le pide que ponga su confianza en algo que no puede ver ni contar, algo que humanamente es imposible.
II. La Fe que se Aferra a la Promesa (v. 6)
Este es el punto central. Ante la promesa imposible de Dios, la respuesta de Abram es simple y profunda.
- «Y creyó a Jehová»: La fe de Abram no estaba en su propia capacidad, ni en sus circunstancias, ni siquiera en su propia fe. Su fe tenía un objeto: Jehová y Su palabra. Confió en el carácter de Aquel que promete.
- «Y le fue contado por justicia»: Este es un término contable y legal. Dios no hizo justo a Abram en ese momento por su acto de creer. Más bien, Dios acreditó o imputó la justicia en su cuenta. Debido a su fe, Dios lo declaró «justo» ante Él. Este es el fundamento del Evangelio que Pablo desarrollará en Romanos 4 y Gálatas 3.
III. La Fe que se Manifiesta en Adoración y Búsqueda (vv. 7-8)
La fe que es contada por justicia no se queda estancada. Inmediatamente después, Abram busca confirmación, no por incredulidad, sino por un deseo de adorar y entender más profundamente. «¿En qué conoceré que la he de heredar?». Es la postura de un corazón que ya cree y ahora desea la seguridad que solo Dios puede dar.
Conclusión:
La historia de Abram en Génesis 15 nos enseña que la relación correcta con Dios nunca se ha basado en nuestros méritos, sino en nuestra fe en Sus promesas. Hoy, la promesa ya no es un hijo lejano, sino el Hijo, Jesucristo. Así como Abram miró a las estrellas y creyó, nosotros miramos a la cruz y la tumba vacía, y al creer en Jesús, Dios nos declara justos. ¿En qué o en quién estás poniendo tu fe para ser declarado justo delante de Dios?
Bosquejo 2: El Pacto de Fuego: La Garantía Inquebrantable de Dios
Tema Principal: El pacto unilateral (vv. 17-18).
Objetivo: Explicar la naturaleza del pacto de Dios con Abram, mostrando que su seguridad no descansa en la fidelidad del hombre, sino en la fidelidad absoluta de Dios.
Título: «Yo solo paso entre los pedazos»
Introducción (vv. 7-8): La Necesidad Humana de Seguridad
Después de ser justificado por fe, Abram hace una pregunta lógica: «¿Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?». La fe ha sido declarada, pero el corazón humano anhela una señal tangible, una garantía. Dios, en su gracia, no se ofende, sino que responde a esta necesidad de seguridad de la manera más solemne posible: estableciendo un pacto.
I. La Preparación del Pacto: Un Ritual de Vida o Muerte (vv. 9-12)
Dios instruye a Abram a preparar un antiguo y solemne ritual de pacto.
- Los animales divididos (vv. 9-10): En la antigüedad, dos partes que hacían un pacto caminaban entre los pedazos de los animales sacrificados. El simbolismo era claro: «Que me suceda lo mismo que a estos animales si no cumplo mi parte del pacto». Era un juramento de sangre.
- La espera y la oscuridad (vv. 11-12): Abram protege el sacrificio de las aves de rapiña (símbolo de los enemigos que intentarían frustrar el plan de Dios). Luego, un «sueño profundo» y un «terror de una grande oscuridad» caen sobre él. Esto prefigura el sufrimiento y la esclavitud que sus descendientes enfrentarían en Egipto (vv. 13-16). Dios es honesto; la promesa no excluye los tiempos difíciles.
II. La Ejecución del Pacto: Un Juramento Divino y Unilateral (vv. 17-18)
Este es el momento culminante y más asombroso del capítulo. La pregunta es: ¿quién caminará entre los pedazos?
- Abram no se mueve: Abram, el representante de la humanidad, permanece dormido. Él no participa en el juramento. Si lo hiciera, el pacto dependería de su obediencia (y la de sus descendientes), y estaría condenado a fracasar.
- Solo Dios pasa: Un «horno humeando» y una «antorcha de fuego» (símbolos de la presencia santa de Dios) pasan por en medio de los animales. ¡Solo Dios camina entre los pedazos!
- El significado profundo: Dios está haciendo un juramento consigo mismo. Está diciendo: «Abram, la carga de este pacto recae enteramente sobre Mí. Si Yo no cumplo mi promesa de darte esta descendencia y esta tierra, que la maldición de este pacto caiga sobre Mí». Es un pacto incondicional.
III. La Definición del Pacto: Una Promesa Eterna y Segura (vv. 18-21)
Inmediatamente después de este acto, la Biblia declara: «En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram». La promesa de la tierra, desde el río de Egipto hasta el Éufrates, queda sellada. La seguridad de Abram (y la nuestra) no reside en su capacidad para cumplir, sino en el carácter de un Dios que juró por sí mismo.
Conclusión:
Este pacto de fuego en Génesis 15 es una sombra poderosa del nuevo pacto en Cristo. En la cruz, la maldición del pacto roto que nosotros merecíamos cayó sobre Jesús. Dios, en Cristo, cumplió las demandas del pacto por nosotros. Nuestra salvación y nuestra herencia eterna no dependen de nuestra fidelidad inconstante, sino del juramento inquebrantable de Dios, sellado con la sangre de su propio Hijo. Él pasó solo entre los pedazos para que nosotros pudiéramos recibir la bendición.