Todos tenemos un día malo.
El hijo pródigo lo tuvo cuando tocó fondo… y volviendo en sí, decidió volver al padre.
La mujer sorprendida en adulterio lo tuvo cuando todos la condenaban… pero Jesús le dio una nueva oportunidad.
La fe para el día malo no es huir, es volver.
Volver a Dios, volver a la verdad, volver a la vida.
Tu historia no terminó en el error.
Si hoy decides volver, Dios está listo para restaurar.
El día malo puede ser el día donde todo cambia.

“FE PARA EL DÍA MALO — Cuando decides volver”
Lucas 15:11–24 | Juan 8:1–11 | Lamentaciones 3:31–33
🎯 IDEA CENTRAL
La fe no solo se manifiesta cuando todo va bien.
La fe más decisiva aparece en el día malo, cuando la persona “vuelve en sí” y decide regresar a Dios.
TEXTO: Lamentaciones 3:31
“Porque el Señor no desecha para siempre.”
🌟 INTRODUCCIÓN
CONTEXTO HISTÓRICO: CUANDO TODO ESTÁ PERDIDO
Lamentaciones fue escrito después de la destrucción de Jerusalén (586 a.C.):
- El templo fue destruido.
- La ciudad quedó en ruinas.
- El pueblo fue llevado al exilio.
- Parecía que Dios los había abandonado definitivamente.
Humanamente, era el “día malo” nacional de Israel.
Y es justo ahí donde surge esta declaración:
“El Señor no desecha para siempre.”
👉 No nace en un tiempo de prosperidad,
👉 nace en medio de ruinas, dolor, culpa y juicio.
Lamentaciones 3 es el centro teológico del libro.
Unos versículos antes:
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos…” (3:22)
Unos versículos después:
“Antes si aflige, también se compadece…” (3:32)
🔥 VERDAD CLAVE:
Dios aflige, pero no abandona.
Dios corrige, pero no desecha.
Dios permite el día malo, pero ofrece restauración.
Esto conecta directamente con:
- el hijo pródigo,
- David después de su pecado,
- Israel en el exilio,
- y cualquier persona hoy que siente que “ya es tarde”.
ENFOQUE
Todos, tarde o temprano, enfrentamos el día malo:
- cuando tocamos fondo,
- cuando el pecado pasa factura,
- cuando el orgullo se rompe,
- cuando ya no hay fuerzas para seguir igual.
La Biblia nos muestra que el día malo puede convertirse en el día del regreso.
No porque la persona sea fuerte…
sino porque recuerda quién es Dios.
Ese fue el caso del hijo pródigo.
Ese fue el caso de la mujer sorprendida en adulterio.
Hoy veremos que la fe para el día malo es la fe que decide volver… y cambiar.
I. EL HIJO PRÓDIGO — FE QUE DESPIERTA EN EL FONDO (Lucas 15:17)
“Y volviendo en sí…”
El hijo pródigo:
- desperdició la herencia,
- rompió relaciones,
- tocó fondo,
- llegó al día malo.
Pero la fe apareció cuando recordó lo que conocía:
- la bondad del padre,
- la provisión en casa,
- la misericordia aprendida.
PRINCIPIO:
La fe no siempre comienza con fuerza… a veces comienza con arrepentimiento.
Creyó que su padre era mejor que la miseria donde estaba.
II. LA MUJER ADÚLTERA — FE QUE NACE AL SER PERDONADA (Juan 8:10–11)
Jesús no negó el pecado.
Jesús no justificó la falta.
Pero no la condenó.
“Ni yo te condeno… vete, y no peques más.”
Aquí aparece una fe distinta:
- fe que nace al ser amada,
- fe que cambia la vida al experimentar gracia.
PRINCIPIO:
Cuando alguien es alcanzado por la gracia, la fe produce cambio.
La fe no solo cree… la fe transforma.
III. COMENTARIO JUDÍO — VOLVER (TESHUVÁ)
En el pensamiento judío, el concepto de teshuvá significa:
volver, regresar, dar media vuelta.
- el verdadero arrepentimiento no es solo sentir dolor,
- sino decidir regresar al camino correcto.
El hijo pródigo hizo teshuvá.
La mujer adúltera hizo teshuvá.
Ambos creyeron que Dios ofrecía algo mejor que seguir igual.
IV. ILUSTRACIÓN — LA CASA ABANDONADA QUE SE RESTAURA
En nuestros pueblos todos conocemos una historia así:
Una casa que fue abandonada:
- se llenó de monte,
- el techo se dañó,
- las paredes se agrietaron,
- parecía perdida.
Pero un día alguien decide volver:
- limpia,
- repara,
- cambia el techo,
- pinta de nuevo.
La casa no estaba perdida…
solo necesitaba que alguien regresara.
APLICACIÓN ESPIRITUAL:
Tu vida no está perdida.
Tu familia no está perdida.
Tu fe no está perdida.
Solo necesitas volver.
V. CONEXIÓN AT–NT — DIOS ESPERA AL QUE VUELVE
AT:
- “Porque el Señor no desecha para siempre” (Lam 3:31).
- David volvió después de su pecado (Salmo 51).
- Israel fue llamado a volver una y otra vez.
NT:
- Jesús recibe al pródigo.
- Jesús restaura a la mujer.
- Jesús sigue llamando al que cayó.
El mismo Dios del AT es el mismo Dios del NT:
misericordioso con el que decide volver.
VI. APLICACIÓN — FE PARA EL DÍA MALO
Este mensaje es para:
- quien se alejó,
- quien cayó,
- quien se enfrió,
- quien vive con culpa,
- quien piensa que ya no hay esperanza.
VERDAD FINAL:
El día malo no es el final… puede ser el comienzo de una vida nueva.
APLICACIÓN PASTORAL DIRECTA (MUY FUERTE)
Este versículo habla directamente a personas que piensan:
- “Dios ya no me quiere.”
- “Ya crucé el límite.”
- “Después de lo que hice, ya no hay regreso.”
- “Arruiné mi vida.”
La Palabra responde:
“El Señor no desecha para siempre.”
No dice:
- “no desecha nunca” (porque sí hay disciplina),
- sino “no desecha para siempre”.
👉 Hay corrección,
👉 hay proceso,
👉 hay consecuencias…
👉 pero también hay regreso.
CÓMO USAR LAM 3:31 PARA PROVOCAR CAMBIO
Puedes decir algo así en el púlpito (pausado, con peso):
“Tal vez hoy sientes que tu vida está como Jerusalén: en ruinas.
Pero Dios no desecha para siempre.
El día malo no es el final…
puede ser el inicio del regreso.
Si Dios no te ha desechado, ¿por qué seguir lejos?”
VII. PREGUNTAS PARA PROVOCAR UN CAMBIO
(Úsalas despacio, con pausas)
- ¿En qué área de tu vida ya llegaste al “día malo”?
- ¿Qué te está recordando Dios hoy de lo que aprendiste en casa, en la iglesia o en Su Palabra?
- ¿Qué te impide volver: orgullo, miedo, vergüenza?
- Si Dios no te condena, ¿por qué sigues condenado tú mismo?
- ¿Qué decisión concreta necesitas tomar hoy para comenzar una vida nueva?
PREGUNTAS QUE TOCAN EL CORAZÓN
Úsalas con silencio entre cada una:
- ¿En qué área de tu vida te sientes desechado… pero Dios te dice que no lo estás?
- ¿Qué te ha hecho pensar que ya no hay esperanza, cuando Dios dice que sí la hay?
- Si Dios no te ha desechado para siempre, ¿qué te impide volver hoy?
FRASE CLAVE PARA CERRAR EL MENSAJE
(Puedes repetirla varias veces)
“Dios permite el día malo, pero no abandona para siempre.”
VIII. LLAMADO FINAL
“Señor, hoy vuelvo en mí.
Creo que tu casa es mejor que seguir lejos.
Creo que tu gracia puede cambiarme.
Hoy decido volver… y vivir por fe.”